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A GUDIÑA: Bueno, a aquel caserón daba la parte de atrás del médico...

Si quereis saber otra historia, igual de fidedigna y milagrosa, yo la sé porque mi padre la ha vivido. Además, de nuestra casa a la del Beato, solo había una pared

Seria interesante conocer la historia de tu padre, porque no la cuentas?. Es verdad que la casa de los Gallego lindaba con lo que quedaba de la que debió de ser la casa del Beato. En mi infancia ya no quedaba nada. De la casa original solo quedaba un solar, un "casarón" como se decía entonces. Es extraño que no se conservara la casa del Santo y se dejara destruir, visto que al menos desde el siglo XVIII la fama de su santidad ya había llegado a La Gudiña.

Me alegro que andes de nuevo por aquí. Si que relataré lo que le pasó a mi padre. Lo que pasa es que yo quería que apareciese como continuación al fidedigno relato con todo lujo de detalles y verídicas citas de personas, que hizo la Casa del Perú. Llegué a el a partir de Imagenes-comentario, lo comenté y... apareció aquí en Foro.
Mira Picarel. Te acordarás que solo quedba la ruina. Se habían caido las paredes; era un cuadrado pequeño, y dejaba ver una ventana de una habitación de la casa de mis abuelos. Yo dormia allí, porque cuando falleció m madre, en el año 1950, los tres hermanos nos fuimos a esa casa con la abuela Joaquina.
¿Te acuerdas qué arbol crec ia allí?. Un sabugueiro.
La jente respetaba aquel lugar, no nos dejaban jugar en él, al igual que se respetaban las ruinas de donde estuvo mientras tenía la peste. Se encontraba en el camino de la Senra, a la derecha de la bifurcación del camino que iba hacia Fontaos, antes de llegar a Fonte dos Burros. Respet, abamos hasta las piedras porque nos decian que estaban benditas.

A la primera la absorvió la casa del Cura y a la segunda la Autovia. El precio del progreso.

Efectivamente, me acuerdo que en mi tierna infancia se respetaba el solar y no se nos permitía jugar allí, a diferencia de otros "casarones", luego se fue perdiendo ese respeto y al final ya casi era un basurero, antes de que derribaran todo, incluida una parte de la casa de tus abuelos, para construir la casa parroquial. También recuerdo las ruinas de las casas de cerca de la Senra, le llamaban A Parada, donde según la tradición estuvo alojado cuando tuvo la peste y vivió, siempre según la tradición, la experiencia con la loba.

No me acuerdo del "sabugueiro", del que hablas. Donde si me acuerdo que había uno enorme era en el casarón Cortés, donde hoy vive Domingo (de Veigas de Camba), que debió de ser otra de las casas grandes de Gudiña en sus tiempos aunque yo solo recuerdo los muros. Este "sabugueiro" tiene su "historia" pues acabó en el alto de la escalera de la casa de una señora que le llamábamos "La Picha" de mote, no recuerdo su nombre y en aquella época para nosotros la palabra no tenía el significado que tiene hoy en día. Quienes lo llevaron allí fueron los mozos, creo que andaban en la broma el Toñito del Severino y el Barja, e incluso Evaristo el hojalatero, pero no recuerdo los motivos de la broma.

Bueno, a aquel caserón daba la parte de atrás del médico D. Ceferino, donde íbamos en el recreo a hacer aguas menores y pedirle que tirase papeles y secantes. Detrás del sabugueiro hacíamos otras necesidades.
Lo que mas se me parece a Picha, era la Chicha, que era la mujer del veterinario.
Por cierto, al Toñito le perdí la pista hace muchos años.
Igual que a Tarín, el hijo del telegrafista, y a su hermano, que se fué a Aviación.
un abrazo