A GUDIÑA: UNA REFLEXION...

UNA REFLEXION

¡Como cambian las cosas!. No sé si nos estamos volviendo mas cómodos, algo ateos, o pasamos ya de las tradiciones.

No es que quiera decir que me he quedado en el limbo, o que no soy progre, etc.
Cuando era monaguillo, el día de todos los Santos alrededor de la Iglesia de S. Martín, y el día de Fieles Difuntos en la Iglesia de S. Pedro, ya podían caer chuzos de punta, que yo tocaba la campana con las manos heladas, pero el Sacerdote y el Sacristán iban de tumba en tumba, rodeadas de sus familiares, cantando un responso en latín.

Ahora, por si llueve, se hace la misa en la Iglesia, y luego cada uno hace sus intenciones. A los muertos, que los honre cada uno a su manera.

No hace falta que lleguen estas fechas para acordarnos de los que emprendieron antes que nosotros el camino del Padre, porque los tenemos presentes y llevamos en el corazón todos los días de nuestra vida, pero no viene mal una oración en un Santo Lugar, donde cada uno de los que duermen el sueño eterno han sido conocidos, amigos familia mas o menos cercana, etc. ¡Aunque lo normal es que el tiempo sea adverso, cosa corriente y cotidiano!.