Haciendo un hueco a la relación con mi familia, un descanso al estómago de tanta torrija, pestiño, roscos, a tantas procesiones y encuentros, me permito una reflexión en concordancia con estas fiestas:
"Dios ha muerto".
Me lo dices con la rabia del ardor.
- ¿Lo han matado?- Te pregunto con candor.
Y en silencio
te pregunto y me pregunto
si en tu vida
no descubres su canción.
Te pregunto y me pregunto
si en tu historia
no reviven
las hogueras del amor.
- ¿Tu no sabes
que su nombre
es el misterio dialogante
del que indaga los enigmas fraudulentos del dolor?
- ¿Tu no sabes
que sus huellas
van contigo
por los campos empedrados del doliente corazón?
-"Dios no ha muerto"-
Te lo digo con la calma del tesón.
-No han podido asesinarle, ni callarle, ni llevarle al paredón.
Dios no ha muerto. Sigue vivo.
es mi (tu) Dios
Un saludo a todos
"Dios ha muerto".
Me lo dices con la rabia del ardor.
- ¿Lo han matado?- Te pregunto con candor.
Y en silencio
te pregunto y me pregunto
si en tu vida
no descubres su canción.
Te pregunto y me pregunto
si en tu historia
no reviven
las hogueras del amor.
- ¿Tu no sabes
que su nombre
es el misterio dialogante
del que indaga los enigmas fraudulentos del dolor?
- ¿Tu no sabes
que sus huellas
van contigo
por los campos empedrados del doliente corazón?
-"Dios no ha muerto"-
Te lo digo con la calma del tesón.
-No han podido asesinarle, ni callarle, ni llevarle al paredón.
Dios no ha muerto. Sigue vivo.
es mi (tu) Dios
Un saludo a todos