Verdadera reliquia, digna de un
museo.
Yo la verdad es que nunca he ido de
caza, pero seguro que habéis disfrutado de ella en los
montes de
a Gudiña, y alrededores. Sobre todo el dueño del
Hotel Rúas de
Pontevedra, que solía ir allí, por la perdiz.
Un abrazo