Apreciado Quevedo, pero hombre! usted haciendo nombre a la sátira de su tocayo de hace trescientos y pico de años.
Creo que no estuvo muy fino, claro que es mi opinión. Le pido mil disculpas porque quiero ser su amigo.
Un cordial saludo Pues sí, amigo QUEVEDO. De joven he trabajado lo mio; me imagino que al igual que la mayoría de muestra edad. Y de forma diferente lo hice el resto de mi vida, como también la mayoría de mi generación que no teníamos el "privilegio" de pertenecer a una familia pudiente. A nuestra generación no nos han regalado nada, tampoco lo hemos pedido ni exigido.
Todos los veranos empeñaba el mes de vacaciones para echar una mano allí donde me necesitaban: En casa, y encantado, porque lo consideraba un deber...