Cualquiera que estubo en ese tiempo en el salon pidal tiene que recordar a Baldomero que luchó tanto por hacer divertirse a tanta jente que se ajuntaba todos los domingos, y lo que me costó sacar el permiso gracias a Ramóm alcalde y don Pepe el cura, cuando pienso en esto todo me dá mucha pena en no seguir con el salón y en mi querido pueblo que tanto lo estraño.