Doña Jimena, no diga nada, su voz, su susurro hacen erizar mis plumas, cada amanecer cantare para usted, aunque algun vecino se entere, solo usted y yo seremos testigos de este amor emplumado. Me tomo la vida asi, porque solo hay una y en vez de estar triste prefiero reir y enamorar a una dama como usted, estoy a sus pies.