Doña Jimena, no diga nada, su voz, su susurro hacen erizar mis plumas, cada amanecer cantare para usted, aunque algun vecino se entere, solo usted y yo seremos testigos de este amor emplumado. Me tomo la vida asi, porque solo hay una y en vez de estar triste prefiero reir y enamorar a una dama como usted, estoy a sus pies.
Pensando en sus bellas palabras me, ruborizo, me amohino, me tiemblan las piernas, siento que todo mi ser se estremece, no puedo seguir por este camino…me voy a perder. Si se entera Rodrigo… la que se armaría ¿No cree? Es un peligro
Que no te tiemblen las piernas Dña Jimena, estoy a tu lado para hacer de bastón, si te caes mis plumas a tus pies amortiguaran el golpe. Rodrigo no se enterara, porque se fue a la guerra santa, volvera, pero muy jodido y sin ganas de juergas, mientras tu y yo viviremos entre colchones de plumas. Si vuelve lo tendra que hacer dentro de veinte dias, perdon lo confundi con el pendejo de Jimenez. Don Rodrigo volvera como poco dentro de 10 años y con la crisis que hay ni creo que vuelva y si lo hace no creo que tenga ganas de ¡bueno usted ya sabe!
¡Si el gallo es gallo, acudirá al llamado!
¡Si el gallo es gallo, acudirá al llamado!
(Dedicado) A Dña Jimena
Pregúntale a Jimenez
secretos de su alcoba,
de lo demás yo me encargo...
Dile a la luna
que desde hoy
no podrá dormir
sobre ti.
Yo elijo la boca del volcán
yo elijo morir en él,
recorreré ese vértice
oculto en un lunar
imaginario,
ese lugar que
ninguna ha podido morder.
Y me quedaré allí,
quieta con un supuesto manual
de plantas, ese que no es necesario
pues yo sé de podas.
y mientras me pierdo en el césped
de tu pecho, mis manos serán sutiles
tijeras que acariciarán,
tu norte y tu sur.
Entonces podre regar con agua de vertiente
las ganas, para mañana poder seguir
amándote,
Mejor pregúntale a O galo que non tiña plumas
¿cómo fue que logró arrancarle suspiros
a Dña Jimena sin herirla?.
¡Mejor no me tientes
mira que voy!,
Y enciendo esos mares
de proa a popa.
Y
finalmente el que se quemará
seras tú.
Mientras tanto una gallina espera el cortejo...
Con cariño y respeto, todo esto es una broma sutil y esta en nuestra imaginación.
Gracias
¡Si el gallo es gallo, acudirá al llamado!
¡Si el gallo es gallo, acudirá al llamado!
(Dedicado) A Dña Jimena
Pregúntale a Jimenez
secretos de su alcoba,
de lo demás yo me encargo...
Dile a la luna
que desde hoy
no podrá dormir
sobre ti.
Yo elijo la boca del volcán
yo elijo morir en él,
recorreré ese vértice
oculto en un lunar
imaginario,
ese lugar que
ninguna ha podido morder.
Y me quedaré allí,
quieta con un supuesto manual
de plantas, ese que no es necesario
pues yo sé de podas.
y mientras me pierdo en el césped
de tu pecho, mis manos serán sutiles
tijeras que acariciarán,
tu norte y tu sur.
Entonces podre regar con agua de vertiente
las ganas, para mañana poder seguir
amándote,
Mejor pregúntale a O galo que non tiña plumas
¿cómo fue que logró arrancarle suspiros
a Dña Jimena sin herirla?.
¡Mejor no me tientes
mira que voy!,
Y enciendo esos mares
de proa a popa.
Y
finalmente el que se quemará
seras tú.
Mientras tanto una gallina espera el cortejo...
Con cariño y respeto, todo esto es una broma sutil y esta en nuestra imaginación.
Gracias
ALGO SOBRE NUESTRA TIERRA
De Don Pelayo, gallego de sangre y tierra, se sabe poca cosa; pero todo lo que de él conocemos coincide en identificarlo con el Obispado de Bretoña. Esta seguridad se fundamenta en las crónicas del rey Witiza y en las crónicas musulmanas contemporáneas a la batalla de Covadonga
El rey Witiza hizo de Tui la capital del Reino de Galicia. El la corte vivían el noble Fabila, su mujer y su hijo Pelayo.
Al querer Witiza apropiarse de la mujer de Fabila, el rey lo asesinó y, como era costumbre matar a toda la familia del asesinado para evitar futuras venganzas, los parientes de Fabila huyeron con el niño Pelayo a Britonia.
Las noticias del asesinato se encuentran recogidas en el Cronicón Albedense o Emilianense, escrito en el S. IX: "Witiza reinó diez anos, y en la vida de su Padre tuvo la corte en Tui, y allí el Duque Fabila, padre de Pelayo, lo hirió con un palo en la cabeza".
El Cronicón Tudense afirma también que Witiza mató a Fabila para quitarle la mujer, como en la Crónica de Lucas de Tui, de Rodrigo de Toledo y en la de Sebastián Salmaticense.
Los relatos árabes de la época se refieren a Pelayo como "Belay" y a Galicia como "Djalikyah". El historiador Ahmed Mokri atestigua que "el primero que reunió a los cristianos fue Belay del pueblo de la Djalikyah".
Otro cronista musulmán que da referencias de Pelayo es Hhaya en Ahmed: "en tiempos de Ambesa ben Sohhim asomó en Djalikyah el guerrero Belay".
Pelayo llegaría a señor de las tierras bretoñesas y concedería grandes privilegios a Vivero.
Benito Vicetto especula que su Corte residía en Santa María de Bretoña, basándose en los vestigios de una edificación primitiva y en la existencia en las antiguas escrituras de foros del topónimo "A Casa do Pazo".
Pelayo abortaría en Covadonga el peligro de una incursión musulmana desde el Este, y sería sucedido por su hijo Fabila, llamado así en recuerdo de su padre, siendo éstos los únicos sucesos conservados de su reinado.
De Don Pelayo, gallego de sangre y tierra, se sabe poca cosa; pero todo lo que de él conocemos coincide en identificarlo con el Obispado de Bretoña. Esta seguridad se fundamenta en las crónicas del rey Witiza y en las crónicas musulmanas contemporáneas a la batalla de Covadonga
El rey Witiza hizo de Tui la capital del Reino de Galicia. El la corte vivían el noble Fabila, su mujer y su hijo Pelayo.
Al querer Witiza apropiarse de la mujer de Fabila, el rey lo asesinó y, como era costumbre matar a toda la familia del asesinado para evitar futuras venganzas, los parientes de Fabila huyeron con el niño Pelayo a Britonia.
Las noticias del asesinato se encuentran recogidas en el Cronicón Albedense o Emilianense, escrito en el S. IX: "Witiza reinó diez anos, y en la vida de su Padre tuvo la corte en Tui, y allí el Duque Fabila, padre de Pelayo, lo hirió con un palo en la cabeza".
El Cronicón Tudense afirma también que Witiza mató a Fabila para quitarle la mujer, como en la Crónica de Lucas de Tui, de Rodrigo de Toledo y en la de Sebastián Salmaticense.
Los relatos árabes de la época se refieren a Pelayo como "Belay" y a Galicia como "Djalikyah". El historiador Ahmed Mokri atestigua que "el primero que reunió a los cristianos fue Belay del pueblo de la Djalikyah".
Otro cronista musulmán que da referencias de Pelayo es Hhaya en Ahmed: "en tiempos de Ambesa ben Sohhim asomó en Djalikyah el guerrero Belay".
Pelayo llegaría a señor de las tierras bretoñesas y concedería grandes privilegios a Vivero.
Benito Vicetto especula que su Corte residía en Santa María de Bretoña, basándose en los vestigios de una edificación primitiva y en la existencia en las antiguas escrituras de foros del topónimo "A Casa do Pazo".
Pelayo abortaría en Covadonga el peligro de una incursión musulmana desde el Este, y sería sucedido por su hijo Fabila, llamado así en recuerdo de su padre, siendo éstos los únicos sucesos conservados de su reinado.