Este cuento se lo escuché narrar a su autor en un progama de radio (la "SER"). Me gustó tanto que lo escribí en un papel. Hoy lo rescato del foro, de principios del 2011, para dedicárselo a una buena persona; Celsa, por tratarse de uno de sus escritores preferidos: Jorge Bucay. Espero que te guste.
"Los amigos".
Un hombre fue asaltado y golpeado por unos ladrones, dejándolo herido en pleno desierto; solo con la compañía de su caballo y su perro.
Apenas se recuperó lo mínimo, emprende camino hacia su destino, pero al poco de reanudar la marcha se desata una cruel tormenta, muy eléctrica; uno de aquellos rayos los alcanza, matándolos a los tres en el acto. Fue tan rápido, tan fulminante, que ni siquiera se enteraron que habían muerto; por lo que siguieron caminando como si nada pasara.
Cuando llevaban buen rato caminando, sucios, mojados y con hambre, a lo lejos se dibujan unos árboles hacia los que se dirigen pensando que se trata de un oasis. En efecto, al acercarse comprueban que allí pueden saciar su hambre, lavarse y curar sus heridas. El oasis está vallado, tan solo tiene una puerta de entrada en la que cuelga un cartel que dice:"Paraiso". La puerta está custodiada por un guarda, al que se acerca el hombre con sus amigos y le dice:-Por favor, ¿podemos pasar para comer algo y poder limpiar nuestras heridas?. El guarda le contesta:-si, claro que puedes pasar, pero sin el caballo y el perro-. El hombre muy triste le dice al guarda.-Pero, ¿no es este el "Paraiso"?, son mis amigos, siempre viajan conmigo y lo necesitan como yo-.
-Lo siento, el perro y el caballo no pueden pasar-.
-Entoces seguiré mi camino-.
-Bien, pues siga, tengo entendido que un poco mas adelante hay paraisos que admiten animales; no sé si caballos y perros juntos, pero si admiten animales-.
El hombre, cabizbajo, emprende camino acompañado de sus amigos.
Pasado un tiempo caminando, se encuentran otro oasis, se acercan y.... la misma situación; llegan a la valla y le piden al guarda que por favor les permita entrar, a lo que éste accede gustoso. El hombre, sorprendido, le preguna si pueden pasar también el perro y el caballo; el guarda le responde que si.- ¡Pero, si hemos estado en otro paraiso y no los dejaron entrar; tienes que denunciarlos, os está haciendo daño!. El guarda le responde:
-Estás equivocado, nos hace un gran favor:"Impide que lleguen al verdadero"Paraiso aquellos que son capaces de abandonar a sus amigos"-.
De Joge Bucay.
Saludos, también a tu compañero.
"Los amigos".
Un hombre fue asaltado y golpeado por unos ladrones, dejándolo herido en pleno desierto; solo con la compañía de su caballo y su perro.
Apenas se recuperó lo mínimo, emprende camino hacia su destino, pero al poco de reanudar la marcha se desata una cruel tormenta, muy eléctrica; uno de aquellos rayos los alcanza, matándolos a los tres en el acto. Fue tan rápido, tan fulminante, que ni siquiera se enteraron que habían muerto; por lo que siguieron caminando como si nada pasara.
Cuando llevaban buen rato caminando, sucios, mojados y con hambre, a lo lejos se dibujan unos árboles hacia los que se dirigen pensando que se trata de un oasis. En efecto, al acercarse comprueban que allí pueden saciar su hambre, lavarse y curar sus heridas. El oasis está vallado, tan solo tiene una puerta de entrada en la que cuelga un cartel que dice:"Paraiso". La puerta está custodiada por un guarda, al que se acerca el hombre con sus amigos y le dice:-Por favor, ¿podemos pasar para comer algo y poder limpiar nuestras heridas?. El guarda le contesta:-si, claro que puedes pasar, pero sin el caballo y el perro-. El hombre muy triste le dice al guarda.-Pero, ¿no es este el "Paraiso"?, son mis amigos, siempre viajan conmigo y lo necesitan como yo-.
-Lo siento, el perro y el caballo no pueden pasar-.
-Entoces seguiré mi camino-.
-Bien, pues siga, tengo entendido que un poco mas adelante hay paraisos que admiten animales; no sé si caballos y perros juntos, pero si admiten animales-.
El hombre, cabizbajo, emprende camino acompañado de sus amigos.
Pasado un tiempo caminando, se encuentran otro oasis, se acercan y.... la misma situación; llegan a la valla y le piden al guarda que por favor les permita entrar, a lo que éste accede gustoso. El hombre, sorprendido, le preguna si pueden pasar también el perro y el caballo; el guarda le responde que si.- ¡Pero, si hemos estado en otro paraiso y no los dejaron entrar; tienes que denunciarlos, os está haciendo daño!. El guarda le responde:
-Estás equivocado, nos hace un gran favor:"Impide que lleguen al verdadero"Paraiso aquellos que son capaces de abandonar a sus amigos"-.
De Joge Bucay.
Saludos, también a tu compañero.