MADRID, 3 Feb. (OTR/PRESS) -
La puesta en escena del presidente Mariano Rajoy está en todos los guiones de novela negra. "No he cobrado en mi vida dinero negro". Es lo mismo que dice cualquier defraudador cuando comparece en la inspección de hacienda. Es una respuesta incompleta, porque enseñar la declaración de hacienda no significa más que mostrar el dinero declarado y no da pistas por el que pudo dejarse de declarar.
No es suficiente. Lo siento. Habrá que cotejar lo que él ha declarado con lo que se pueda demostrar que cobró, no por transferencia sino mediante la entrega de sobres.
Primera pregunta que debe responder Mariano Rajoy: ¿recibió dinero en sobres, al margen de las transferencias correspondientes a sus salarios oficiales del Partido Popular, los haya o no declarado a Hacienda? Por definición no se puede declarar como percibido lo que no se declaró como pagado. Son vasos comunicantes que no pueden existir el uno sin el otro. Si Bárcenas no declaró los pagos en metálico, no es posible que se declararan las cantidades percibidas por ese procedimiento.
Segunda, ¿conocía el presidente del Partido Popular que su tesorero, por el que hace un tiempo dijo que "ponía la mano en el fuego", llevaba una contabilidad doble de dinero procedente de donaciones de empresas y particulares -algunos implicados en la trama Gürtel- y con ese dinero pagaba sobre sueldos a dirigentes del Partido Popular, licuado él. Donaciones que en el setenta y cinco por ciento de las que figuran en los apuntes de Bárcenas, vulneraban la ley de financiación de partidos.
Tercera cuestión: ¿Cómo es posible que ni él ni nadie de los sospechosos en este asunto se hayan querellado con el tesorero del Partido Popular, cuando ya se conoce su evasión de hasta 22 millones a Suiza?
Si Rajoy piensa que este asunto se puede cerrar en falso, sin aclarar hasta el más mínimo detalle de lo que se conoce y se conocerá, no entiende los precedentes que en la historia han rodeado a presidentes de Gobierno sospechosos de conductas ilegítimas o ilegales. La dimisión de Richard Nixon por el caso de las escuchas ilegales de Watergate se produjo después de más de dos años de escarceo en Senado y en la Cámara de Representantes, que investigaron la trama hasta descubrir y reclamar las grabaciones de la Casa Blanca.
El caso Bárcenas no se cierra con la solemne declaración leída por Mariano Rajoy ante la dirección de su partido. Los españoles ya no le creen nada.
Para el político Yo Soy Aquel
La puesta en escena del presidente Mariano Rajoy está en todos los guiones de novela negra. "No he cobrado en mi vida dinero negro". Es lo mismo que dice cualquier defraudador cuando comparece en la inspección de hacienda. Es una respuesta incompleta, porque enseñar la declaración de hacienda no significa más que mostrar el dinero declarado y no da pistas por el que pudo dejarse de declarar.
No es suficiente. Lo siento. Habrá que cotejar lo que él ha declarado con lo que se pueda demostrar que cobró, no por transferencia sino mediante la entrega de sobres.
Primera pregunta que debe responder Mariano Rajoy: ¿recibió dinero en sobres, al margen de las transferencias correspondientes a sus salarios oficiales del Partido Popular, los haya o no declarado a Hacienda? Por definición no se puede declarar como percibido lo que no se declaró como pagado. Son vasos comunicantes que no pueden existir el uno sin el otro. Si Bárcenas no declaró los pagos en metálico, no es posible que se declararan las cantidades percibidas por ese procedimiento.
Segunda, ¿conocía el presidente del Partido Popular que su tesorero, por el que hace un tiempo dijo que "ponía la mano en el fuego", llevaba una contabilidad doble de dinero procedente de donaciones de empresas y particulares -algunos implicados en la trama Gürtel- y con ese dinero pagaba sobre sueldos a dirigentes del Partido Popular, licuado él. Donaciones que en el setenta y cinco por ciento de las que figuran en los apuntes de Bárcenas, vulneraban la ley de financiación de partidos.
Tercera cuestión: ¿Cómo es posible que ni él ni nadie de los sospechosos en este asunto se hayan querellado con el tesorero del Partido Popular, cuando ya se conoce su evasión de hasta 22 millones a Suiza?
Si Rajoy piensa que este asunto se puede cerrar en falso, sin aclarar hasta el más mínimo detalle de lo que se conoce y se conocerá, no entiende los precedentes que en la historia han rodeado a presidentes de Gobierno sospechosos de conductas ilegítimas o ilegales. La dimisión de Richard Nixon por el caso de las escuchas ilegales de Watergate se produjo después de más de dos años de escarceo en Senado y en la Cámara de Representantes, que investigaron la trama hasta descubrir y reclamar las grabaciones de la Casa Blanca.
El caso Bárcenas no se cierra con la solemne declaración leída por Mariano Rajoy ante la dirección de su partido. Los españoles ya no le creen nada.
Para el político Yo Soy Aquel