Pongamos paz entre un señor y mi queridísima compañera, que es una angelita, incapaz de hacer daño a un mosquito, quien por cierto carece de arrugas, pero anda algo sobrada de músculos. A este servidor le echó sus ochenta y dos kilos de humanidad encima, quedando inevitablemente atrapado en su cariñoso regazo.
A los dos van dedicados estos maravillosos versos de Goytisolo:
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez
cuando yo soñaba
un mundo al revés.
A los dos van dedicados estos maravillosos versos de Goytisolo:
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez
cuando yo soñaba
un mundo al revés.