Habían dos maricones que fueron al campo. A uno de ellos le dieron ganas de cagar y se fue tras unos matorrales. En eso el maricón grita: ¡Frieires he abortado! ¡Frieires he abortado!. va el otro maricón y le dice: ¡que te pasa Ocarballo, si tu no puedes abortar, tu eres hombre! y Frieres le dice ¿pero mira? tiene ojos, mueve sus manitos, se mueve. y Ocarballo se da cuenta y dice: ¡tonta huevona, cagaste arriba de un sapo!.