Los humanos disputamos por las cosas más extrañas.
Conocí a un capellán --y no era don José precisamente-- que se quitaba la sotana y la emprendía a mamporros con el primer recluta que se atrevía a negar la existencia del limbo.
En realidad era en el limbo donde vivía aquel cura. Pero también es cierto que un hombre siempre debe luchar por lo que en su opinión es justo.
Conocí a un capellán --y no era don José precisamente-- que se quitaba la sotana y la emprendía a mamporros con el primer recluta que se atrevía a negar la existencia del limbo.
En realidad era en el limbo donde vivía aquel cura. Pero también es cierto que un hombre siempre debe luchar por lo que en su opinión es justo.