
Anda la del Tango, cual pregonera del foro, ensalzando las virtudes y el tamaño de uno de los apéndices de Zé de Las Carvalhas. Bueno. Está bien. No obstante es mi deseo intervenir para concretar tal medida con mayor precisión.
Como ya saben algunos, 252525 fue mi primer amor, y mi única pareja hasta casi nuestra tercera edad.
Un día coincidimos con Telesforo en el tren expreso nocturno, entre Chamartín y La Gudiña, y ambos iniciaron entonces una amistad de las que perduran.
A la altura de Medina del Campo fueron ambos al lavabo del tren para aliviar la presión de sus respectivas próstatas, haciendo un uso simultáneo del mismo, porque la premura era pareja y había que evitar las posibles y tan desagradables pérdidas para olfatos bien educados.
Parece ser, porque así me lo contó después Romerales, que Zé se quedó boquiabierto y pasmado al compararlas. Tanto es así, que le dijo a Telesforo:
--Pero qué demonho traes aí pendurado? E iso non te é incómodo?
--No, hombre. Estoy acostumbrado. Hemos crecido juntos.
--Pois uma coma esa, a minha mulher non lhe colle pola súa buraca.
--Calla, majadero. Verdad es que alguna vez he tenido que utilizar como tope una de esas cosas que llamáis "rodelas", pero por el grosor jamás hubo problemas por aquello de la elasticidad.
--É munto grossa. Á minha Pita non lhe cabe.
Y tanto porfiaron, que Telesforo tuvo que aceptar una apuesta, para zanjar tan empedernida discusión.
Íbamos por Pedralba de la Pradería, cuando ya me vi obligada a aceptar la proposición deshonesta de tal comprobación, con mi marido como danzante, apostante y testigo verificador de tan inusual experimento.
Y mientras Romerales y yo misma comprobábamos con mucha dulzura y suavidad, allí mismo en el asiento del expreso, Zé, de rodillas y con el hocico y los ojos metidos en el mondongo, lo más cerca posible de aquel inmenso tren entrando y saliendo en el túnel ciego, poco a poco hacia adelante, poco a poco marcha atrás, hasta hacer las maniobras como el AVE, terminó voceando, Zé, a los cuatro puntos cardinales su derrota:
--Perder, perdím; pero coisa máis justa, na minha vida vin!
Como consecuencia de la apuesta, hubo también cambio de agujas.
Como ya saben algunos, 252525 fue mi primer amor, y mi única pareja hasta casi nuestra tercera edad.
Un día coincidimos con Telesforo en el tren expreso nocturno, entre Chamartín y La Gudiña, y ambos iniciaron entonces una amistad de las que perduran.
A la altura de Medina del Campo fueron ambos al lavabo del tren para aliviar la presión de sus respectivas próstatas, haciendo un uso simultáneo del mismo, porque la premura era pareja y había que evitar las posibles y tan desagradables pérdidas para olfatos bien educados.
Parece ser, porque así me lo contó después Romerales, que Zé se quedó boquiabierto y pasmado al compararlas. Tanto es así, que le dijo a Telesforo:
--Pero qué demonho traes aí pendurado? E iso non te é incómodo?
--No, hombre. Estoy acostumbrado. Hemos crecido juntos.
--Pois uma coma esa, a minha mulher non lhe colle pola súa buraca.
--Calla, majadero. Verdad es que alguna vez he tenido que utilizar como tope una de esas cosas que llamáis "rodelas", pero por el grosor jamás hubo problemas por aquello de la elasticidad.
--É munto grossa. Á minha Pita non lhe cabe.
Y tanto porfiaron, que Telesforo tuvo que aceptar una apuesta, para zanjar tan empedernida discusión.
Íbamos por Pedralba de la Pradería, cuando ya me vi obligada a aceptar la proposición deshonesta de tal comprobación, con mi marido como danzante, apostante y testigo verificador de tan inusual experimento.
Y mientras Romerales y yo misma comprobábamos con mucha dulzura y suavidad, allí mismo en el asiento del expreso, Zé, de rodillas y con el hocico y los ojos metidos en el mondongo, lo más cerca posible de aquel inmenso tren entrando y saliendo en el túnel ciego, poco a poco hacia adelante, poco a poco marcha atrás, hasta hacer las maniobras como el AVE, terminó voceando, Zé, a los cuatro puntos cardinales su derrota:
--Perder, perdím; pero coisa máis justa, na minha vida vin!
Como consecuencia de la apuesta, hubo también cambio de agujas.