Apreciados Reyes Magos: Debido a la situación en que me encuentro, me veo obligado a que Vsts se comuniquen con el abuelo para ver qué medidas debo tomar en esta España ingobernable llena de rojos resentidos, chorizos de guante blanco, mangantes, chupópteros y gente de mal vivir, si no fuera poco ésto, añadiremos los etarras excarcelados y separatistas que pretenden hacer de nuestra querida España un conglomerado de "misturas regionalistas", como estoy en un mar de dudas, sé que nuestro Rey y las Fuerzas Armadas están conmigo por tanto "Viva España Grande y Libre..."
Señor Joseba, permítame el vocablo de "camándulas" para referirme a ese majadero que refleja usted cada vez que aporrea las teclas del ordenador.
España Una, Grande y Libre. ¿A qué abuelo se refiere usted? Si se refiere al Emperador Felipe II, no se hable más. España era un Imperio en cuyos dominios no se ponía el sol. Pero aquel imperio terminó de morir en 1.898.
Pero si se refiere al Dictador, permíta a este Servidor de La Patria decirle como sigue:
Don Paco era tan pequeño, que se compraba el traje de almirante en la sección de primeras comuniones del Corte Inglés. Por su aflautada voz, cuando niño, su padre le llamaba Paquita. Sólo tenía la mitad de las gónadas que le corresponden al hombre normal, y sufrió muchísimo en el único coito que pudo llevar a cabo, como consecuencia de la caperuza afilada que cerraba su pizarrín, negándose rotundamente a una necesaria operación de fimosis. Tan poco escribió a la cigüeña, que resulta muy dudoso el título de abuelo que usted tan generosamente le atribuye, dado que para ser abuelo, antes hay que ser padre.
Descanso. Ar!
España Una, Grande y Libre. ¿A qué abuelo se refiere usted? Si se refiere al Emperador Felipe II, no se hable más. España era un Imperio en cuyos dominios no se ponía el sol. Pero aquel imperio terminó de morir en 1.898.
Pero si se refiere al Dictador, permíta a este Servidor de La Patria decirle como sigue:
Don Paco era tan pequeño, que se compraba el traje de almirante en la sección de primeras comuniones del Corte Inglés. Por su aflautada voz, cuando niño, su padre le llamaba Paquita. Sólo tenía la mitad de las gónadas que le corresponden al hombre normal, y sufrió muchísimo en el único coito que pudo llevar a cabo, como consecuencia de la caperuza afilada que cerraba su pizarrín, negándose rotundamente a una necesaria operación de fimosis. Tan poco escribió a la cigüeña, que resulta muy dudoso el título de abuelo que usted tan generosamente le atribuye, dado que para ser abuelo, antes hay que ser padre.
Descanso. Ar!