Hece unos cuatro años nos regalaron una cesta de nueces. La metí en la bodega en un rincón. Después Telesforo fue colocando pertrechos delante, y las nueces quedaron allí escondidas y olvidadas.
Este último otoño, cuando el tiempo de las castañas, el comandante se puso a buscar la cesta para ir a apañarlas, y después de una tarde entera de búsqueda, fue a encontrarla llena de nueces viejas en el más apartado rincón.
Como estaban revenidas, había que ir a tirarlas al contenedor, pero lo dejó para la mañana, de paso que iba a las castañas.
De pronto se acordó que todas las mañanas, todavía a oscuras, veía desde la ventana cómo una señora del barrio hurtaba las nueces de nuestro vecino, que cuajaban la calle. Así es que, ni corto ni perezoso, antes de acostarse fue y esparramó la cesta de nueces viejas debajo del nogal del vecino.
Cuando nos levantamos, la calle estaba totalmente limpia.
Son cosas de Telesforo y sus estratagemas contra el enemigo.
Este último otoño, cuando el tiempo de las castañas, el comandante se puso a buscar la cesta para ir a apañarlas, y después de una tarde entera de búsqueda, fue a encontrarla llena de nueces viejas en el más apartado rincón.
Como estaban revenidas, había que ir a tirarlas al contenedor, pero lo dejó para la mañana, de paso que iba a las castañas.
De pronto se acordó que todas las mañanas, todavía a oscuras, veía desde la ventana cómo una señora del barrio hurtaba las nueces de nuestro vecino, que cuajaban la calle. Así es que, ni corto ni perezoso, antes de acostarse fue y esparramó la cesta de nueces viejas debajo del nogal del vecino.
Cuando nos levantamos, la calle estaba totalmente limpia.
Son cosas de Telesforo y sus estratagemas contra el enemigo.