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A VILAVELLA: Sra. Pita Moñuda, no se preocupe tanto por los abortos,...

EL GOBIERNO DECLARA AL ÚTERO TERRITORIO ESPAÑOL

Pasará a depender del Ministerio del Interior

Con la entrada en vigor de la nueva Ley del Aborto, los úteros de las ciudadanas españolas gozarán exactamente de la misma consideración territorial y administrativa que el islote Perejil, aunque con sus propias coordenadas y orografía.
Esta nueva concesión eclesiástica y de las JONS, que acaba de promulgar el ministro Gallardón, recalificará los úteros de todas las mujeres españolas para transformarlos en territorio perteneciente al Estado Español, y más concretamente al Ministerio del Interior, que los gestionará según el Reglamento General de Policía.
Los Cuerpos de Seguridad del Estado, además de Protección Civil, Bomberos y Arzobispado podrán entrar en el útero siempre que lo consideren necesario para "asegurar la integridad del territorio y reforzar la santidad de la Virgen de las Bullacas".
El Ejército, además, podrá establecer bases operativas en cualquier punto estratégico del útero y, si es necesario, instalará puntos de observación en las trompas de Falopio.
La Legión y la Marina podrían empezar a desplegarse en el interior de los úteros a principios de este mismo año, aunque las infraestructuras necesarias, como aeropuertos, bases de submarinos y muelles de atraque no estarían finalizadas hasta la próxima primavera. Bueno, en la cuestión de aeropuertos, se especula con la posibilidad de trasladar ipso facto el de Castellón al útero de la hija del señor Fabra.
Gallardón, acompañado de una compañía de Lanceros a caballo y una comisión de obispos tocólogos, encabezados por Rouco Varela, visitará el útero de su esposa una vez al año, coincidiendo con la celebración de los Santos Difuntos.

Sra. Pita Moñuda, no se preocupe tanto por los abortos, usted ya no esta para esas cosas, porque ya tiene muchos espolones. Aun asi no me importaria desplumarla en medio de una leira.
Un cordial saludo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
No me haga usted proposiciones deshonestas, señor gallo, y menos en una "leira" en pleno invierno, que no somos jabalíes. Mejor en el tiempo de los cornezuelos, si llegara allá su fogosidad, y yo no tuviera un fogoso galán en la cama.
El motivo de mi misiva, realmente, no es otro que aclararle una cosa: a mí me gustaría que no hubiera abortos. Pero siempre los habrá. Y las mujeres debemos defender nuestros derechos, también el de decidir en semejante tesitura. Que el Estado y la Iglesia no vengan ... (ver texto completo)