Era el verano de 1.970. Por motivos que no vienen al caso, este servidor de la Patria, aún sin ser oficial en aquellos lejanos tiempos, se encontraba aquel día en el bar de oficiales de un determinado Regimiento de Infantería radicado en Las Palmas.
Como era habitual por entonces, al día siguiente -que era sábado- uno de los oficiales tendría que dar una conferencia, de asistencia obligatoria. El coronel llama al capitán Tembleque.
--A la orden de usía, mi coronel.
--Le recuerdo que la conferencia de mañana la da usted.
-- ¿Sobre qué tema desea usía, mi coronel?
--Sobre el 18 de julio.
El capitán Sánchez Tembleque dudó un instante...
-- ¿De qué año, mi coronel?
Aquella noche Tembleque durmió en la sala de banderas.
Al día siguiente el ponente de la conferencia fue Burguillos, mi capitán legionario, al que yo acompañaba en aquel viaje por razones del servicio.
Como era habitual por entonces, al día siguiente -que era sábado- uno de los oficiales tendría que dar una conferencia, de asistencia obligatoria. El coronel llama al capitán Tembleque.
--A la orden de usía, mi coronel.
--Le recuerdo que la conferencia de mañana la da usted.
-- ¿Sobre qué tema desea usía, mi coronel?
--Sobre el 18 de julio.
El capitán Sánchez Tembleque dudó un instante...
-- ¿De qué año, mi coronel?
Aquella noche Tembleque durmió en la sala de banderas.
Al día siguiente el ponente de la conferencia fue Burguillos, mi capitán legionario, al que yo acompañaba en aquel viaje por razones del servicio.