Buenas noches, don Pepe.
Hablamos de diferentes bailarines. Antonio Gades es uno, y el inigualable ANTONIO es otro: Antonio Ruiz Soler, quien había nacido quince años antes que Gades.
Hablamos de diferentes bailarines. Antonio Gades es uno, y el inigualable ANTONIO es otro: Antonio Ruiz Soler, quien había nacido quince años antes que Gades.
Este Antonio, queridísima Pitita, pasó varias semanas en prisión por un delito de blasfemia, cuando el óbito de Franco estaba ya muy próximo.
En el rodaje en Ronda de una serie para TVE, en un aprieto, exclamó algo así como " ¡Me cago en tos los muertos de Cristo!". Como por allí andaba el Servicio de Información, igual que en todos los eventos, fue denunciado y tuvo el correspondiente juicio.
No le sirvió de nada alegar ante el juez que a su chófer, Cristóbal, le llamaban Cristo, y que la exclamación no iba dirigida a Dios Nuestro Señor, sino al condenado del chófer, que había sido el causante del aprieto.
La blasfemia no dejó de ser delito hasta 1.978, año en el que además dejan de ser perseguidos los homosexuales por dos leyes: la de Vagos y Maleantes y la de Peligrosidad Social, ambas derogadas con la llegada de nuestra democracia.
En el rodaje en Ronda de una serie para TVE, en un aprieto, exclamó algo así como " ¡Me cago en tos los muertos de Cristo!". Como por allí andaba el Servicio de Información, igual que en todos los eventos, fue denunciado y tuvo el correspondiente juicio.
No le sirvió de nada alegar ante el juez que a su chófer, Cristóbal, le llamaban Cristo, y que la exclamación no iba dirigida a Dios Nuestro Señor, sino al condenado del chófer, que había sido el causante del aprieto.
La blasfemia no dejó de ser delito hasta 1.978, año en el que además dejan de ser perseguidos los homosexuales por dos leyes: la de Vagos y Maleantes y la de Peligrosidad Social, ambas derogadas con la llegada de nuestra democracia.