Señor Tú regaste los campos de flores que llenan el aire de aroma y frescor, cubriste los cielos inmensos fulgores y diste a los mares su eterno rumor.
Doquier resplandece tu amor sin segundo, la tierra proclama tu gloria doquier, y en medio de esos signos que brotan del mundo yo quiero elevarte mi voz de placer.
Doquier resplandece tu amor sin segundo, la tierra proclama tu gloria doquier, y en medio de esos signos que brotan del mundo yo quiero elevarte mi voz de placer.