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Muchos pensamos que el tiempo es oro, el tiempo es vida: el tiempo no es dinero, son vivencias, sentimientos, la vida florece, la vida grita y piensa, asusta al poder que nos prefiere callados, quietos, como muertos.
El tiempo es oro para los Políticos, que se encargan de quedarse con nuestros sacrificios.
Como no veo a nadie que salga he querido decir algo para distraernos.
Atrévete a pensar y solo así serás libre.
Un saludo amigos.
El tiempo es oro para los Políticos, que se encargan de quedarse con nuestros sacrificios.
Como no veo a nadie que salga he querido decir algo para distraernos.
Atrévete a pensar y solo así serás libre.
Un saludo amigos.
El país está en su punto para un intrigante voluntarioso.
Toda esta gente que lo viene pilotando está vieja, caduca, llena de enfermedades, de enfriamientos en la vejiga, de antiguas sífilis... Todo está podrido por dentro y por fuera.
El viejo mundo constitucional va a caer hecho pedazos... ¡Se necesitan hombres y mujeres!
Toda esta gente que lo viene pilotando está vieja, caduca, llena de enfermedades, de enfriamientos en la vejiga, de antiguas sífilis... Todo está podrido por dentro y por fuera.
El viejo mundo constitucional va a caer hecho pedazos... ¡Se necesitan hombres y mujeres!
Sr. Romerales estos políticos no tienen operación para aliviar sus males.
Es mejor dejarlos y desconectarles.
De esta manera mueren ellos solos.
Estoy con usted necesitamos hombres y mujeres con un par de cojo........
Es mejor dejarlos y desconectarles.
De esta manera mueren ellos solos.
Estoy con usted necesitamos hombres y mujeres con un par de cojo........
... nes.
Este país, mi querido amigo, se ha gobernado hasta ahora con expedientes.
Cuando se haga la revolución contra los expedientes, el país ha de buscar a quien tenga principios. Pero ¿quién tiene principios? ¿Quién tiene cuatro principios que valgan la pena? ¡Nadie!
La gente tiene deudas, vicios secretos, dientes postizos; pero principios, ¡ni medio!
Por consiguiente, si salen por ahí tres vividores que se tomen el trabajo de establecer media docena de principios serios, racionales, modernos y positivos, el país se pondrá de rodillas a sus pies, suplicándoles: ¡Señores, háganme el favor de ponerme el freno en los dientes!
¡Yo tenía que ser uno de ellos! ¡He nacido para eso!
Me fastidia la idea de que otros idiotas más astutos y previsores se encaramen al palo más alto del gallinero y se pongan a brillar al sol, al hermoso sol español, como se dice en las zarzuelas, mientras que yo esté dedicado a filosofar y recetar cataplasmas a viejas beatas o a ligar fracturas a algún magistrado caduco.
Este país, mi querido amigo, se ha gobernado hasta ahora con expedientes.
Cuando se haga la revolución contra los expedientes, el país ha de buscar a quien tenga principios. Pero ¿quién tiene principios? ¿Quién tiene cuatro principios que valgan la pena? ¡Nadie!
La gente tiene deudas, vicios secretos, dientes postizos; pero principios, ¡ni medio!
Por consiguiente, si salen por ahí tres vividores que se tomen el trabajo de establecer media docena de principios serios, racionales, modernos y positivos, el país se pondrá de rodillas a sus pies, suplicándoles: ¡Señores, háganme el favor de ponerme el freno en los dientes!
¡Yo tenía que ser uno de ellos! ¡He nacido para eso!
Me fastidia la idea de que otros idiotas más astutos y previsores se encaramen al palo más alto del gallinero y se pongan a brillar al sol, al hermoso sol español, como se dice en las zarzuelas, mientras que yo esté dedicado a filosofar y recetar cataplasmas a viejas beatas o a ligar fracturas a algún magistrado caduco.