Apreciados foreros y foreras, aquí estamos de nuevo otra vez, después de pasar unas merecidas vacaciones en Galicia y me he querido Portugal, bien tengo cantidad de anécdotas, pero voy a contar una muy sencilla, una broma de mal gusto que me gasto el padre José, yo creo que sin ánimo de fastidiarnos, pero la verdad que comiendo en el restaurante Don Pepe quiero pensar que se sintió el engañado también porque la verdad no sé comprende después de comer una buena mariscada, pues nos dan unos sobrecitos de plástico, según el padre era para lavarnos las manos la verdad que yo lo cogí y como no tengo gafas así pues ya no veo bien abrir el sobre y no veas en las manos todas llenas de aceite un aceite con ella bien y buenísimo pero me cayó por el pantalón un pantalón corto que lo puse perdido y el jefe le pasó lo miro pero al Padre José le pasó igual que decir que todos hemos estado engañados, la verdad que en ese momento se acercó una chica que llevaba un niño en un carrito, estaba comiendo en una mesa de al lado, se acerca y dice no se preocupen tengo aquí un spray que le quita las manchas volando, porque las tengo para el niño, claro empezó por el padre José y no vean al frotarle lo que es el pantalón entrepierna, el padre José se empezó a poner colorado, colorado, colorado yo nunca había el padre tan Colorado y el jefe venga a reírse yo también, pero la cuestión es que llegamos a casa todos empapados en aceite tuvimos que cambiarnos. Quiero pensar que la empleada lleva poco tiempo en el restaurante y no hubo mala fe.
La cuestión que comimos allí varios días más, dejábamos la mesa reservada para el día siguiente.
La cuestión que comimos allí varios días más, dejábamos la mesa reservada para el día siguiente.