Estos dos arboles son testigos de las grandes fiestas que se celebraròn cada Septiembre. Alguien con mucha mala leche los decapito y nos quedamos sin dos joyas para siempre. Ahora hay mucho cemento y abierto el trafico con Portugal y pueblos aledaños. Que lo unico que ha traido es humos y peligro para los rapaces. Quizas sea un melancolico y viva de recuerdos. Otro problema es que el pueblo cada dia se esta quedando sin nadie. Ahora no tenemos panaderia y dentro de poco la Porta Galega cierra las puertas despues de tantos años. Espero que este pueblo tan querido no se vea inmerso en la soledad. Los que estamos lejos lo añoramos y tan pronto tenemos algun dia lo vamos a visitar. Espero pronto poder ir a pasear por sus calles.