Como todo en la vida, tiene su pro y su contra: Aminoran la luz, pero proporcionan la sombra que tanto se agradece en verano, y en invierno permiten solearse, porque son de hoja caduca ¿verdad? Dios bendiga los árboles que tanto necesitamos! ¡Arriba Bande! De ahí era el primer pretendiente de mi mamá, y vamos siempre que podemos, de visita.