Cuando no hay ni medio gramo de conocimiento, resulta muy difícil la lectura comprensiva, sobre todo si hay alguna ironía, aunque sea meridianamente explícita.
Nada, nada. Tú sigue con tus espléndidos y cacofónicos pareados.
Cuando madures, hablamos del espíritu militar.
Nada, nada. Tú sigue con tus espléndidos y cacofónicos pareados.
Cuando madures, hablamos del espíritu militar.