Por esos mundos de Dios he tenido muchos amigos. Tuve uno que falleció con cerca de cien años. Era una enciclopedia, un poeta, tenía un vivero y respondía al mote de "El Dios". Buen insulto.
Hace unos diez años me invitó a compartir en un restaurante de Requejo de Sanabria unas setas que habían recogido él y su hijo. Y a los postres, hablando de setas muy grandes, nos confesó con su nonagenario sentido del humor que una moza de su pueblecito, hacía ya muchos años, se había ido a América para vender una seta. Y aquella seta era tan grande, que vivió de ella durante cuarenta años, y tan grande era, que cuando regresó a la aldea, aún trajo seta para casa.
Hace unos diez años me invitó a compartir en un restaurante de Requejo de Sanabria unas setas que habían recogido él y su hijo. Y a los postres, hablando de setas muy grandes, nos confesó con su nonagenario sentido del humor que una moza de su pueblecito, hacía ya muchos años, se había ido a América para vender una seta. Y aquella seta era tan grande, que vivió de ella durante cuarenta años, y tan grande era, que cuando regresó a la aldea, aún trajo seta para casa.