En aquellos lejanos tiempos la Señora Moñuda deseaba profunda, fervorosa y sinceramente ser una buena esposa y madre, y por eso leía todos los meses el número correspondiente de la revista "El Pan de los Pobres".
A menudo se encontraba en una de las secciones de aquella maravillosa revista con cartas de otras mujeres que solicitaban consejos especiales sobre determinados problemas de la convivencia conyugal.
"Mi marido siempre quiere que nuestros momentos cariñosos tengan lugar los lunes por la noche, después de su partida de chinchimonis. Por desgracia, los lunes es cuando hago la colada y por la noche estoy demasiado fatigada para ser una compañera entusiasta."
El consejo que le daban era breve y conciso:
"LAVE LA ROPA LOS MARTES."
A menudo se encontraba en una de las secciones de aquella maravillosa revista con cartas de otras mujeres que solicitaban consejos especiales sobre determinados problemas de la convivencia conyugal.
"Mi marido siempre quiere que nuestros momentos cariñosos tengan lugar los lunes por la noche, después de su partida de chinchimonis. Por desgracia, los lunes es cuando hago la colada y por la noche estoy demasiado fatigada para ser una compañera entusiasta."
El consejo que le daban era breve y conciso:
"LAVE LA ROPA LOS MARTES."