Presidiendo un día, como oficial, el primero pago de sobras que recibía un reemplazo de reclutas en el Tercio de Villa Cisneros (2.250 Ptas a la quincena a mediados de los 70), los reclutas se iban cuadrando y presentando, nerviosos, bien aleccionados por los instructores:
--A la orden de usted, mi Teniente. Se presenta el recluta legionario Fulano de Tal y Cual, que viene a cobrar las sobras.
Y todos recibían sus 2.250 pesetas dentro de un sobre de color sepia.
Y entre ellos llegó un recluta de esta comarca, estudiado él, al que, según me contó más tarde, una vez que intimamos, le parecía impropio aquello de las "sobras". Creyó que el instructor, andaluz profundo, carente de una cultura como la suya, pronunciaba "la sobra" en lugar de "las sobras", y aquella expresión no tenía sentido ninguno para él.
Por eso se presentó así:
--A la orden de usted, mi teniente. Se presenta el recluta legionario Inda Cho Sei, que viene a cobrar el sobre!
-- ¿El sobre? --le recriminé, casi sin poder evitar la risa-- ¿El sobre?... Pero ¿qué sobre? Tú vas a cobrar las sobras, y vas que ardes, muchacho! Anda, firma aquí, y nunca más te equivoques pretendiendo corregir a tus superiores.
Creo que don Inda jamás cobraría un sobre a lo largo de su vida. Bien seguro que le habrá llegado con las sobras.
--A la orden de usted, mi Teniente. Se presenta el recluta legionario Fulano de Tal y Cual, que viene a cobrar las sobras.
Y todos recibían sus 2.250 pesetas dentro de un sobre de color sepia.
Y entre ellos llegó un recluta de esta comarca, estudiado él, al que, según me contó más tarde, una vez que intimamos, le parecía impropio aquello de las "sobras". Creyó que el instructor, andaluz profundo, carente de una cultura como la suya, pronunciaba "la sobra" en lugar de "las sobras", y aquella expresión no tenía sentido ninguno para él.
Por eso se presentó así:
--A la orden de usted, mi teniente. Se presenta el recluta legionario Inda Cho Sei, que viene a cobrar el sobre!
-- ¿El sobre? --le recriminé, casi sin poder evitar la risa-- ¿El sobre?... Pero ¿qué sobre? Tú vas a cobrar las sobras, y vas que ardes, muchacho! Anda, firma aquí, y nunca más te equivoques pretendiendo corregir a tus superiores.
Creo que don Inda jamás cobraría un sobre a lo largo de su vida. Bien seguro que le habrá llegado con las sobras.