Al "aprezado Inda" sólo le faltaba eso: tener un misionero jesuita destacado en su ascendecia familiar.
Si el Padre Roque Lubián levantara hoy la cabeza y conociera a su irreverente familiar, o lo enderezaba por los caminos de la santidad, o daba media vuelta de inmediato. Vaya usted a saber, señor de Las Carvajas.
Si el Padre Roque Lubián levantara hoy la cabeza y conociera a su irreverente familiar, o lo enderezaba por los caminos de la santidad, o daba media vuelta de inmediato. Vaya usted a saber, señor de Las Carvajas.