A la atenzahón del sinor Romerales: Penso que o sinor nahún debe haber mal fe, más eu le digo que ise páxaro andando eu na laboura pro do xapeo nas frieiras, sería por íste tempo total que me alegraba de oirlo, pois co seu cantaré tanhún peculiare, cu, cu, cu, cu, cu... totale que tudos los labregos da quila deciamos xa xegou o noso amigo.
Le pedo mil disculpas, pois debía contestar o meu amigo Barxés, espero que él nahún se enfade con migo.
Le pedo mil disculpas, pois debía contestar o meu amigo Barxés, espero que él nahún se enfade con migo.
Gracias, señor de Las Carvajas, por sus apreciables informes.
Precisamente intento conseguir un cuco para mi finca que cante "cu, cu, cu, cu..." Ése es el cuco que me conviene. Coinciden los suyos con los informes que me habían llegado desde Pinheiro por conducto español.
Verán ustedes. Aquí se me presenta cada año un cuco que canta "culo, culo, culo..." de manera reiterativa y cansina. Y como mi actual compañera exhibe un pompis de agárrate que hai curva, dice que la insulta, y me obliga cada año a montar un operativo para su captura y destrucción.
Por eso me anticipo a su llegada. Este año haré el pedido a Pinheiro, para que se desplace hasta este entorno un cuco como Dios manda, y no el pendenciero que nos viene cada año para mofa de mi amada.
Por otra parte, el que acostumbra a visitarnos siempre pone el huevo en el nido de una cotovía, que aquí casi está en peligro de extinción, perjudicando de ese modo muy gravemente el plan de recuperación establecido por la muy loable Asociación de Amigos de la Cotovía de España.
Sin embargo, según los informes previamente recabados, el cuco de ambos Pinheiros reparte sus huevos entre los nidos de petirrojos, muy abundantes en mi jardín.
Yo también me despido, amigo Zé. Pero no iré a un convento. Me iré de vacaciones a Pénjamo durante una temporada, porque aquellos aires resultan muy benignos para la chifladura.
El que más chifle, capador.
Su seguro servidor:
Telesforo Romerales.
Precisamente intento conseguir un cuco para mi finca que cante "cu, cu, cu, cu..." Ése es el cuco que me conviene. Coinciden los suyos con los informes que me habían llegado desde Pinheiro por conducto español.
Verán ustedes. Aquí se me presenta cada año un cuco que canta "culo, culo, culo..." de manera reiterativa y cansina. Y como mi actual compañera exhibe un pompis de agárrate que hai curva, dice que la insulta, y me obliga cada año a montar un operativo para su captura y destrucción.
Por eso me anticipo a su llegada. Este año haré el pedido a Pinheiro, para que se desplace hasta este entorno un cuco como Dios manda, y no el pendenciero que nos viene cada año para mofa de mi amada.
Por otra parte, el que acostumbra a visitarnos siempre pone el huevo en el nido de una cotovía, que aquí casi está en peligro de extinción, perjudicando de ese modo muy gravemente el plan de recuperación establecido por la muy loable Asociación de Amigos de la Cotovía de España.
Sin embargo, según los informes previamente recabados, el cuco de ambos Pinheiros reparte sus huevos entre los nidos de petirrojos, muy abundantes en mi jardín.
Yo también me despido, amigo Zé. Pero no iré a un convento. Me iré de vacaciones a Pénjamo durante una temporada, porque aquellos aires resultan muy benignos para la chifladura.
El que más chifle, capador.
Su seguro servidor:
Telesforo Romerales.