Mis estudios absorbentes sobre la presión osmótica no satisfacían las necesidades de mi espíritu cuando por las noches, en mi guarida de la mina de Barja, no tenía a nadie con quien hablar.
Recordé la noche pasada en aquel tren nocturno en compañía de Pita, desde la suave luz del crepúsculo, y un día cualquiera la llamé a aquel número garabateado en la estación de La Gudiña sobre una caja de pastillas para la tos, para preguntarle si me permitiría viajar hasta su casa para tomar el té.
Ésta es la verídica historia de nuestra incipiente relación.
Que dure hasta la eternidad.
Recordé la noche pasada en aquel tren nocturno en compañía de Pita, desde la suave luz del crepúsculo, y un día cualquiera la llamé a aquel número garabateado en la estación de La Gudiña sobre una caja de pastillas para la tos, para preguntarle si me permitiría viajar hasta su casa para tomar el té.
Ésta es la verídica historia de nuestra incipiente relación.
Que dure hasta la eternidad.