Cuando mi adorado Teles vio el calendario del Verín C. F. con las fotos de sus jugadores en bravas pelotas, pasó veloz hoja por hoja buscando a mi nieto futbolista.
El muchacho aparece en cueros, de pie, exhibiendo todos sus atributos, con las piernas bien plantadas y abiertas, y los brazos sujetando una pelota que a duras penas oculta sus vergüenzas.
El bueno de Romerales meneó imperceptiblemente la cabeza, totalmente poseído por una de esas sonrisas de boca apretada con mil rayas en las comisuras.
Hoy veo en el facebook la felicitación del comandante a todos sus amigos, y no meneo la cabeza tratando de contener la sonrisa. Qué va. Yo me meo con la risa, incapaz de controlar una inmensa carcajada.
Telesforo se ha superado a si mismo, emulando a mi maravilloso nieto, el futbolista. Sólo que, en lugar de un balón, a él le esconde los atributos una inmensa calabaza de veinte kilos. Y lo más sorprendente es que tiene las manos en alto, mientras su rostro parece decir:
--Mira: sin manos.
El muchacho aparece en cueros, de pie, exhibiendo todos sus atributos, con las piernas bien plantadas y abiertas, y los brazos sujetando una pelota que a duras penas oculta sus vergüenzas.
El bueno de Romerales meneó imperceptiblemente la cabeza, totalmente poseído por una de esas sonrisas de boca apretada con mil rayas en las comisuras.
Hoy veo en el facebook la felicitación del comandante a todos sus amigos, y no meneo la cabeza tratando de contener la sonrisa. Qué va. Yo me meo con la risa, incapaz de controlar una inmensa carcajada.
Telesforo se ha superado a si mismo, emulando a mi maravilloso nieto, el futbolista. Sólo que, en lugar de un balón, a él le esconde los atributos una inmensa calabaza de veinte kilos. Y lo más sorprendente es que tiene las manos en alto, mientras su rostro parece decir:
--Mira: sin manos.