Todos los años el poeta Anselmo Prada
León, le dedicó un poema a
San Gil de
Casaio que era leído, tanto el primero de mayo donde está San Gil enterrado, como el primero de septiembre en la
Ermita de Chaudaveiga donde se celebra la gran
fiesta. Todos los años llevó Anselmo caramelos y poemas para recuerdo.