El Cántico de San Gil dice de esta manera:
Glorioso San gil bendito, de los cielos claro espejo, ruega por los pecadores al redentor verdadero.
Vinimos de largas tierras cruzando las altas sierras, para llegar a San Gil en esta frondosa vega.
Es muy cierto que ha venido de San Martín de Castañeda, cruzando pueblos y sierras, acompañado de una ciervaa.
Los de Sanabria gemían porque vino a nuestra tierra, y todos con fe le ofrecían muchas libras de cera.
San Gil para abrigarse se metió en una cueva, bebiendo leche caliente de su compañera la cierva.
Los Montes de Cimariños, montes muy llenos de piedras, por donde subía el Santo, no podía subir la cierva.
Después de ser Abad de San Pedro de Montes, San Gil buscó la santidad en aquellos lejanos montes.
Cuando San Gil se murió, la cierva con gran llanto a Entrambosrios acudió para avisar a Pedro Ferme su hermano
Pedro Ferme lo enterró en aquel lugar sagrado, donde una Iglesia levantaron y está San Gil enterrado.
Grabó un letrero en madera que decía de esta manera: "Aquí se enterró San Gil, en esta Ermita estrecha"
Así pasaron los años y cada uno de septiembre, los devotos peregrinos vienen de lejos a verle.
Todos acuden con fe a los monte de Casayo, para que San Gil le dé la bendición y el amparo.
todos pudieron ver la cierva echada en la puerta de la Ermita, que de nadie se espantaba y a los enfermos lamía
Casayo entero vio el milagro de su mayordomo Pablo, que tullido había quedado y San Gil lo dejó sano.
En las tierras de Sanabria, curó a un ciego en Galende, por eso hay tanta devoción entre toda aquella gente.
Glorioso San Gil bendito, danos a todos la luz, para que podamos ver a Dios, siendo santos como Tú.
Es San Gil en Casayo, la gloria más querida, por eso lo llevamos grabado en la esencia de nuestra vida.
Glorioso San gil bendito, de los cielos claro espejo, ruega por los pecadores al redentor verdadero.
Vinimos de largas tierras cruzando las altas sierras, para llegar a San Gil en esta frondosa vega.
Es muy cierto que ha venido de San Martín de Castañeda, cruzando pueblos y sierras, acompañado de una ciervaa.
Los de Sanabria gemían porque vino a nuestra tierra, y todos con fe le ofrecían muchas libras de cera.
San Gil para abrigarse se metió en una cueva, bebiendo leche caliente de su compañera la cierva.
Los Montes de Cimariños, montes muy llenos de piedras, por donde subía el Santo, no podía subir la cierva.
Después de ser Abad de San Pedro de Montes, San Gil buscó la santidad en aquellos lejanos montes.
Cuando San Gil se murió, la cierva con gran llanto a Entrambosrios acudió para avisar a Pedro Ferme su hermano
Pedro Ferme lo enterró en aquel lugar sagrado, donde una Iglesia levantaron y está San Gil enterrado.
Grabó un letrero en madera que decía de esta manera: "Aquí se enterró San Gil, en esta Ermita estrecha"
Así pasaron los años y cada uno de septiembre, los devotos peregrinos vienen de lejos a verle.
Todos acuden con fe a los monte de Casayo, para que San Gil le dé la bendición y el amparo.
todos pudieron ver la cierva echada en la puerta de la Ermita, que de nadie se espantaba y a los enfermos lamía
Casayo entero vio el milagro de su mayordomo Pablo, que tullido había quedado y San Gil lo dejó sano.
En las tierras de Sanabria, curó a un ciego en Galende, por eso hay tanta devoción entre toda aquella gente.
Glorioso San Gil bendito, danos a todos la luz, para que podamos ver a Dios, siendo santos como Tú.
Es San Gil en Casayo, la gloria más querida, por eso lo llevamos grabado en la esencia de nuestra vida.