Esta foto me trae muchos recuerdos, en especial las bajadas al monasterio -una vez al año- por San Benito. Bajada en coche hasta Castro y luego caminata a pie, o más bien descenso por lo empinado de la pendiente, hasta el monasterio.allá abajo, inmerso en el espeso bosque de castaños; una hora de camino por un zizagueante sendero "de a uno". Aun recuerdo los paseos de exploración por la iglesia, el atrio, el claustro, ...el gran misal benedictino, la serpiente tallada en madera y el gran arcón repleto de calaveras.
Misa y posterior merienda a la sombra de los castaños, alrededor de un agujero cavado de muy antiguo (a tenor de lo desmoronado de sus bordes y la vegetación que acogía) del cual salió -a decir de los antiguos- el tesoro que los monjes llevaron a Cluny al abndonar el lugar. Después de comer, más exploraciones por los alrededores o bajada al río. Lo peor, la subida para volver a Castro, después de un fantástico día de San Benito. Parada en la fuente a echar un trago, charla agradable con "o Tres" si se terciaba.y vuelta a Caxide.
¡Viva San Benito!
Misa y posterior merienda a la sombra de los castaños, alrededor de un agujero cavado de muy antiguo (a tenor de lo desmoronado de sus bordes y la vegetación que acogía) del cual salió -a decir de los antiguos- el tesoro que los monjes llevaron a Cluny al abndonar el lugar. Después de comer, más exploraciones por los alrededores o bajada al río. Lo peor, la subida para volver a Castro, después de un fantástico día de San Benito. Parada en la fuente a echar un trago, charla agradable con "o Tres" si se terciaba.y vuelta a Caxide.
¡Viva San Benito!