PARA MIGUEL, no hay verde como el verde de galicia, por esa pendiente corriamos para escondernos del abuelo cuando nos queria meter pa casa y siempre me enganchaba con la alambrada de pinchos que separaba (y supongo que sigue ahi) los dos campos y llegaba con las piernas llenas de heridas que buenos recuerdos.... y ya solo pueden ser eso, buenos recuerdos. GRACIAS