" Desde las profundidades afloran a la superficie del hombre las energias salvajes, hijas del egoismo: orgullo, vanidad, envidia, odio, resentimiento, rencor, venganza, deseos de poseer personas o cosas, egoismo, arrogancia, miedo, timidez, angustia, agrasevidad. Estas son las fuerzas primitivas que lanzan al hermano contra el hermano, al conyuge contra el conyuge, obstruyen y destruyen la unidad. Solo Dios puede bajar a las profundidades originales del hombre para calmar las olas, controlar las energías y transformarlas en unidad y amor."
(Padre Ignacio Larrañaga)
Seguro todos conocemos el cuento del Rey Midas, donde la ambicion desmedida lo llevo a perder a la persona que mas queria; su hija, transformada en estatua de oro. Igualmente conocemos -someramente-, la vida de Aristoteles Onasis, que cual midas moderno todo lo convertia en exitos economicos y no se detenia ante nada para lograr los exitos sociales -esquivos por su origen pero, no por su fortuna-; ese hombre que, lo que deseo obtuvo; no pudo detener la muerte de su hijo amado, no pudo comprar la felicidad para su unica hija y sus ultimos años fueron de una decadencia fisica atroz; su herencia es manejada por un extraño y, a su nieta, ojala Dios la acompañe y libre del camino que parece andar.
De que valio el EGO SATISFECHO.
¡Viva la familia! donde padre y madre se miran a los ojos, tomados de la mano de sus hijos, abrigados por el amor y misericordia de Dios.
Saludos a todos los foreros que he conocido y a quienes he aprendido a apreciar.
Blas
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