Estimado Santiago, no tengo nada que disculparte, ¿quién como yo para comprenderte?. Todavía no sé si es peor sufrirlo en carne propia, como yo, o en la carne de un hijo, como tú; siendo como soy madre de dos preciosas hijas, creo sinceramente que prefiero mil veces que me haya tocado a mí que no a alguna de mis hijas. En cuanto a lo que dices de Dios, te diré que mi gran ayuda fue mi Virgencita Milagrosa, en cuyas manos pongo todas mis cuitas: " ¡Oh, María, sin pecado concebida!, rogad por nosotros ... (ver texto completo)
Amiga; ha falar de cousas mellores, que la vida nos trae de todo; mi hijo esta sano a Dios gracias y, como Tú, con toda una maravillosa vida por delante, y con muchas ganas de vivirla hasta que Dios asi lo quiera.
Un saludo para ti, esposo e hijas
Un saludo para ti, esposo e hijas