Blas, ¡vaya tormenta que os cayo el fin de semana pasado! Ahí por otoño y aquí por primavera... Yo estoy con la ropa metida en la lavadora desde hace dos días, no deja de llover y la niebla cubre todas las montañas como si fuera diciembre, ayer tuve la calefacción encendida medio día, hace dos días hable con mi tía Adelina, en Castrelos, y me ha dicho que la sierra estaba nevada. Diremos aquello de: Siempre que ha llovido, ha escampado. Hace dos días unos amigos míos, que vinieron de Cuenca, me contaban que el campo estaba precioso y que hasta los olivos tenían otro color, pues llevaba dos primaveras sin llover. Todo tiene sus pros y sus contras, por lo menos no nos faltara el agua, que no es poco. ¡Mientras no haya riadas!
Un abrazo, Blas.
Un abrazo, Blas.