De esta plaza cuardo muchos recuerdos porque a unos pasos de ella naci y viví hasta los 8 años, pero si tuviera que pintarla para recordarla siempre, la pintaría llena de golondrinas, en ella se juntaban miles de ellas para organizarse antes de emigrar, aquello era el final del verano, de las vacaciones, del buen tiempo...y como no, si las golondrinas emigraban, los emigrantes que estaban de vacaciones también se marchaban, reinaba por entonces un clima de morriña y nostalgía que ensombrecía las últimas luces de los veranos, otra vez al internado, otra vez a coger el Mangana y la maleta de los sueños.
JR.
JR.