Amigo mío, la Felicidad es algo personal e intransferible, por una puerta puede entrar la Felicidad pero sólo la verás si es tu felicidad, si es la felicidad del compañero de barra, me temo que apenas verás un cambio de actitud en su semblante. No hay en este mundo dos felicidades iguales, es más, tu mismo seguramente no sabrías diferenciar entre tu felicidad del lunes y la del martes, por supuesto, yo tampoco. Partiendo de la idea de que la Felicidad plena no existe, disfrutamos de ella a trocitos, como un puzle, disfrutando de cada pieza que colocamos, cuando llega el final, las circunstancias te habrán permitido colocar muchas o pocas piezas, bien o mal encajadas, quizás a estas alturas ya no puedas completar tu puzle, porque quizás hayas perdido piezas que no podrás recuperar. Por eso, querido amigo, en el puzle de la vida, sobre todo si tiene muchas piezas, como el de nuestro protagonista del Bar Peseto, cuando tomas un chato de vino en buena compañía, es como colocar bien una pieza….pero siempre falta ineludiblemente, la pieza angular, esa que cuando la colocas, te respaldas en la silla y piensas : “ por fin!!!….”.