Cuando
San Martín de Tours visitó Ourense para sanar al rey suevo Carriarico que tenía un hijo llamado Mirón, gravemente enfermo y, habiéndole llegado a los oídos la fama de los milagros que hacía el
santo, por la predicación de San Martín de Dumio, mandó preparar una embajada con obsequios de oro y plata para obtener la curación de su hijo algo que no consiguió. Carriarico pensó que esto se debía a la diversidad de religión, por lo que mandó edificar una
iglesia en honor de San Martín de Tours. Envió una nueva embajada, pidiendo que le enviasen reliquias del santo y prometiendo aceptar todo lo que predicasen los sacerdotes. Llegaron las reliquias y el hijo del rey quedó milagrosamente curado y el monarca se convirtió con toda su grey. Igualmente cesó una peste de cólera que existía por entonces.
La leyenda popular cuenta que fue el propio San Martín de Tours quien fue a Ourense, y a su paso por un lugar en el que le maravillaron sus fértiles tierras y el
color rojizo de estas, mando a uno de los sacerdotes que le acompañaban, que hiciera una iglesia que mirara a la
montaña con orgullo, y que su
fachada fuese el
reflejo de las gentes que vivían en él. El detalle de una
cabra pastando en el lugar donde fue construida la iglesia le quedó como
escudo junto a los bastones eclesiásticos.
Con el paso de los años se convirtió en un enclave de la zona sur de la capital, como medio de paso de Celanova a Ourense, adoptó el título de Villa en el s. XVI, y perteneció históricamente al
ayuntamiento de la Valenzana, en cual su territorio como villa eclesiástica agrupaba a los
pueblos de Pazos, Facheiros y Soutopendo.
En el s. XIX pasó a pertenecer al actual ayuntamiento de
Barbadás perdiendo su título de villa, pero manteniendo el de
parroquia.
Hasta finales del s. XX siguió siendo un importante enclave.
Hoy, se está intentando volver a dar a esta entidad, el valor histórico que tuvo y le pertenece por
historia.
La última obra realizada, fue el local social multiusos, apodado el "pazo tribodegas", que refleja el poderío histórico de
Loiro en el siglo XXI