Está formada por un piso bajo de
arcos ligeramente apuntados, un piso intermedio con arcos carpaneles, y una última altura adintelada. En un manchón, se abre un
balcón volado que separa el cuerpo anterior de una nueva galería que comunica con el cuerpo de armas superior. Pedro I contempla el horizonte desde este balcón, enamorado de la condesa, como en muchas leyendas románicas inspiradas en fortificaciones
medievales; este balcón ostenta la suya.