Años más tarde, el rey Juan I de Castilla concedió los derechos sobre el
castillo, mediante matrimonio, a Diego López de Zúñiga. Su hijo, Juan de Zúñiga, llevó el título de vizconde de Monterrey, y después la reina Juana I de Castilla, concedió el título de primer conde de Monterrey a Sancho Sánchez de Ulloa, que habría heredado su patrimonio en 1461 después de pleitear durante casi veinte años con Francisco de Zúñiga.