Entre los monumentos propios del paisaje rural gallego tenemos que mencionar el hórreo. Cumple la función de almacenamiento (maíz, patatas, castañas etc,) Difícilmente se pueda encontrar otra edificación tan pequeña que realice tantas funciones en la vida rural gallega. Es como una pequeña cabaña suspendida por postes o pies, las aberturas de madera que tiene el cuerpo del hórreo permiten el paso del aire frío o caliente que secan las mazorcas. Están declarados como patrimonio y es aconsejable su preservación.