Otra teoría postula que el nombre de la ciudad proviniera del latín aquae urente («
aguas abrasadoras»), o del germánico warmsee («
lago caliente»), por sus conocidas
fuentes de aguas termales, conocidas como Burgas (nombre derivado del bajo latín burca, que significa «
pila»). Después de la dominación
romana,
Orense siguió siendo una ciudad importante debido al
puente sobre el
río Miño, cuyos pilares todavía son
romanos y que ha sido reconstruido múltiples veces a los largo de la
historia. Esta situación estratégica hizo de la ciudad un importante núcleo comercial desde la Edad Media.