En los años cincuenta, cuando se empezaban a construir los primeros panteones, ya que anteriormente los enterramientos se hacían en sepulturas situadas alrededor de la
Iglesia parroquial, la colonia de emigrantes de Parada en
Venezuela tuvo la iniciativa de proponer la construcción de un
cementerio en las afueras de la población, enviando para la obra la cantidad de 100.000 Pesetas.
En 1.958 se adquirió el terreno, empezando inmediatamente las obras e inaugurándose el cementerio en 1.959.