¡Qué guapa es tu hija, José! Vaya morenaza. Y el perro es un amor, tiene una cara de bueno... Lástima que el bandido ese lo encerró en el ascensor y no le dio la oportunidad de defender a su dueña, seguro que la hubiera defendido por instinto. ¿Cómo se encuentra tu hija? Espero que esté más animada. Renuevo mis abrazos y mi afecto; ahora que la he visto, la siento más cercana todavía.