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PEREIRO O SAN PEDRO: Conmovedora a vosa historia. Nesta vida as cousas non...

El Zé das Carvalhas y yo fuimos a la misma escuela mixta cuando niños muy pequeños, si bien él probablemente fue muy poco, porque sus padres lo necesitaban en casa para ir con el ganado.
Cuando yo tenía 7 años, mi madre se casó con un guardia de Lubián, y entonces dejé la escuela de Moimenta, y tuve que aprender el español en la Escuela de Niñas de Lubián, con Doña Petronila. A los 11 años ingresé interna en un Colegio de Monjas en Zamora.
Un verano de aquellos en Lubián, siendo yo una chiquilla de 15 años, cuando la siega del centeno, vino un buen mozo, aún adolescente, y acercándose a mí con el cuerpo sudoroso y todas aquellas herramientas de segador, me dijo palabras muy hermosas. Pura poesía. Recuerdo que acariciaba mis orejas con aquellas patillas que enmarcaban su rostro, mientras su dulce aliento se condensaba en mis pendientes de plata.
Las palabras que entonces escuché eran las mismas que un niño me cantaba en Moimenta en mi otra vida, por lo que ambos terminamos en un abrazo espontáneo:
"Ó Pita arredonda a saia
Ó Pita arredonda-a bem
Ó Pita arredonda a saia
olha a roda que ela tem.
Olha a roda que ela tem
olha a roda que ela tinha
Ó Pita arredonda a saia
que fique bem redondinha.
A saia que traz vestida
é bonita e bem feita
nao é curta nem comprida
nao é larga nem estreita...

A mí estas palabras me decían muchas más cosas. Me decían lo que dicen, lo que dice el poema de Barxés y muchas otras cosas que eran sólo para mí.
Después nos trasladamos a Extremadura, yo continué estudiando en Salamanca, y aquél fue otro mundo donde desapareció Moimenta, Lubián y los mocitos segadores.
Benditos recuerdos.
Gracias, Barxés.

O Pita, Pitiña, Pita, más como me fixeste emocionar, que tempos pra tornar a recordar, ahora que pasarin os anos tahún rapidos, como nos cambiaron los tempos, tú a estudiar y eu sempre a traballar, más mira por donde nos tornamos a encontrar, haber se pro brahún facemos unha xuntanza donde istemos tudos, tudas y algún que se agregue aunque sexa perigrino, quero decer dos que facen o camiño do sinor Santiago.

Unha aperta.

Conmovedora a vosa historia. Nesta vida as cousas non son como empezan, son como acaban.

A Rosaura tiña a outra noite a mesa posta para a cea e esperaba polo Rosendo.
Xa lle estaba tardando e empezáballe a proer o picor do mosqueo. Colle o teléfono e chamao.
-Onde estás, nos veis a hora que é? –pregúntalle un chisco alterada.
- Bueno -contestalle o Rosendo inchando o peito -acórdaste desa xoiería nova que abriron fai pouco, onde vimos o outro día aquel anel que tanto che gustou...?
-Siii... -responde a Rosaura emocionada, sentindo de súpito como o mosqueo se tornaba nun calorciño que lle recorre as entrañas.
-Pois estouche no bar que hai mismiño ó lado.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Munto bon Gel, ahí, ahí istá a incunfundible Gel, sempre me faces reir, claro a Rosaura tiña o sentemento na posible xoia que le ia a levar o seu marido.
Unha aperta.
Desde luego Gel eres un sol contando historias. Sigue haciéndolo reina, que nos haces pasar un buen rato. Un abrazo. Xose.