Nos remontamos a los Duques de Alba y como esta zona muy fértil y con una verde campiña (prados) la denominaron con el nombre de (Prados de la
Casa de Alba)
Pradoalbar.
No destacamos que haya pertenecido a la Casa del Alba, pero también se cree que su nombre puede venir "De la
nieve blanca" ya que el
invierno era muy largo y con sus grandes
nevadas, quedaban aislados de la civilización, los prados eran blancos por eso también puede ser que originase ese nombre de Pradoalbar
Se ignora de donde viene el nombre de PRADOALBAR, pero, desde tiempo inmemorial se barajan dos versiones.
Como toda ésta comarca
casas, terrenos y
ganados, eran propiedad de la Casa de Alba, los Condes, les denominaron como: Prados míos, debido a la gran extensión que había de pradería. (Prados de Alba)
La otra versión es: Que antiguamente durante el invierno, que era mucho más largo y frío que es en la actualidad, había grandes nevadas y los
campos quedaban llenos de nieve, hasta bien entrada la
primavera, todos los prados estaban siempre blancos, Prados albos, y de ahí viene el nombre de Pradoalbar.
En concreto se desconoce cuál es la verdadera
historia, pero sea la que sea, tiene un bonito nombre PRADOALBAR
Pradoalbar, es el último
pueblo del
ayuntamiento de Villarino de Conso, del que dista sobre unos 12 kilómetros, está en las estribaciones de la
sierra de Queixa y los
montes del Invernadero.
Es el típico pueblo gallego compuesto por seis lugares, diseminados y adyacentes al núcleo central (Cima da Veiga, Os Lourenzos, A Veiga, Os Requeixos, Os Bertos, e A Barriada) muy poblados, que le dan amplitud de poderío, es bonito y acogedor, con gentes trabajadoras, austeras y resignadas por el destino de su aislamiento. El pueblo está en un pequeño
valle, como digo anteriormente, rodeado de
montañas, que impiden su visión hasta que llegas a él.
Antaño fue un pueblo muy laborioso, con mucha
ganadería,
bovino, ovino, caprino,
porcino y equino, sin olvidar su producción hortícola, con una
agricultura muy floreciente y una verde campiña
Hoy día aquel pueblo tan lleno de vida, con tanto trabajo y producción, se quedó reducido a una mínima expresión. El trabajo se fue agotando, la gente
joven emigró en busca de una vida mejor y un bien estar para su
familia, con otra clase de comodidades, al igual que ocurrió en cientos de
pueblos gallegos.
En el pueblo, ya sólo quedan ancianos, gentes mayores, que viven a expensas de su pequeña paga de la pensión agraria. Pero durante el
verano, todo parece revivir, los emigrantes con sus
familias retornan y toda aquella animación de antaño, vuelve alegrar el pueblo.
Podemos asegurar que éste pueblo fue la cuna del apellido Barja en el año 1.658 J. C. Fernández-Barja